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Posts Tagged ‘Corea del Sur’

Me manifiesto absolutamente incompetente. Absolutamente ignorante. Conozco o creía conocer mis limitaciones y mis defectos, mis carencias y mis debilidades. Pero no tienen fin. Se suman y se agolpan unas con otras a cada paso. No logro asumirlas ni liberarlas, afrontarlas ni enterrarlas.  Se comportan como un agujero negro. Succionan errores y arrasan los aciertos, provocan metástasis en otras áreas que creía sanas, creativas, inteligentes. Paralizan, alienan, destruyen, se multiplican. Me consumen. Ahí están, tan evidentes. Me van a dar la vuelta y voy a desaparecer. Me engullirán.

¿Ignorante y feliz?. ¿Sabio y desgraciado?. ¿Es más fácil ser feliz para una persona que lo ignora todo que para aquella que mucho sabe? ¿Qué es ser ignorante? ¿Qué es ser feliz?

Rafael Romero Valcárcel escribió “El ignorante privilegiado”, relato breve que cuenta la historia de un hombre ignorante, conformista y declaradamente estúpido, pero feliz.

“Francisco Arce Beltrán encontró la forma de tener una vida interesante, libre y segura, sin saber leer ni escribir. Sólo le hizo falta aprender una canción para comprar una casa, mantener a su esposa y tres hijos, disfrutar de sus vicios inofensivos y hasta gozar de vacaciones cada cuatro meses. El resto de cosas que aprendió no tenían ninguna utilidad económica, cultural o social, simplemente le sirvieron para mantener a salvo la mayor parte de su descontaminada ignorancia” (Cuentos)

Joan Elías escribía en El País hace unos días un artículo con el titular: ¿Sobreviviremos a la ignorancia?. Se refería a la situación actual de la investigación en España y justificaba la necesidad de aumentar la inversión en educación e investigación, como una de las estrategias que ayudan a superar las crisis económicas. No hay crecimiento sin un excelente capital humano y sin logros en investigación punta.

“En 1970, Derek Curtis Bok fue nombrado rector de la prestigiosa universidad de Harvard y fue el autor de la famosa frase  «Si creen que la educación, y nosotros añadimos investigación, es cara, prueben con la ignorancia”. Si nuestro país prueba con la ignorancia la jugada nos saldrá muy cara”.

¿De verdad se puede probar con la ignorancia?

¿Vamos hacia la ignorancia inexorablemente, como vaticinaba Saramago?

Hay muchas formas de lenguajes. Hay muchas formas de comunicarse. Con unas me siento cómoda, fluyo, disfruto, juego, crezco, incluso me disparo. Con otras me atropello, me agobio, sobrevivo o huyo, las desprecio o las ignoro, me aplastan o las aplasto.

Una ecuación matemática compleja, una simple partitura musical, caracteres chinos, cirílicos, un texto en griego. Gráficamente todas estas formas de comunicación escrita me fascinan. Pero mirarlas me provocan un profundo malestar.

Para mí, tienen en común el malestar de la ignorancia consciente.

Shakespeare, habría dicho: If you cannot understand my argument «It’s Greek to me». En castellano decimos “me suena a chino”. Los coreanos dirían “es hebreo para mí”.

Escucho la palabra Asia y derivados muy a menudo últimamente. Ahí delante tengo toda la información sobre el mundo asiático que sea capaz de engullir y me siento impelida a conocerlo por puro sentido común. Nos llevan ventaja. Se comen el mundo. Están hechos de otro material. ¿De qué material? No cuestiono qué es mejor o peor. No generalizo. Valoro su diferenciación por cuánto pueden medirse sus logros. Veo sus debilidades. Pero me impresiona su desarrollo. Nuevos países industriales, los tigres asiáticos hacen referencia a las economías de Hong Kong, Singapur, Taiwan y Corea del Sur. Me interesa.

Empiezo a conocer cosas y siento el murmullo interior de esa primera vez con cada experiencia. Necesita de un acercamiento plural y pausado. ¿Cómo me quito yo las prisas?. Asia no puede esperar. Yo no puedo esperar.

Busco una excusa. Voy a ver cine coreano. “El hombre sin pasado” la película del director Lee Jeong_Beom que ha revolucionado las taquillas y que cuenta con cifras récords en Corea: 42 millones de dólares recaudados y más de 6 millones de espectadores.

Acumula 19 premios en Festivales coreanos y la publicación Beyond Hollywood apostillaba que “El hombre sin pasado es uno de esos raros casos en los que la película más taquillera del año también es una de las mejores películas del año”.

El actor protagonista, Won Bin ha conseguido alzarse en 6 ocasiones con el premio al Mejor Actor. Ha sido presentada en España en la Mostra de Valencia y en Casa Asia Film Week de Barcelona, con éxito de público y crítica.

Tae-shik (Won Bin) es un prestamista que vive sólo en un edificio donde su única amiga es So-mi (Kim Sae-ron), la hija de 10 años de su vecina que trabaja como bailarina exótica. Un día ésta comete el error de robar un paquete de droga a unos mafiosos y esconderlo en casa de Tae-shik. Al descubrirlo, los mafiosos destrozan su casa y secuestran a la niña y a la madre, obligando a Tae-shik a hacer una peligrosa entrega para ellos. Pero lo que éstos no imaginan es el oscuro y violento pasado de Tae-shik, y el infierno que desatará a su paso con tal de liberar a su joven amiga.

Esta sinopsis obligada y exacta no es del todo representativa. Hay puñales que vuelan y se clavan con facilidad, luchas cuerpo a cuerpo, sangre y droga, extorsión, tráfico de órganos, explotación infantil y un largo etcétera que dan una idea del género de película, el contenido altamente violento, la trepidante historia y el thriller.

En la mayoría de las secuencias en las que interviene la niña protagonista -toda una revelación– Kim Sae-Ron, se mezcla inocencia y carácter, rindiendo culto al concepto de sensibilidad y emotividad asiáticas.

El hombre sin pasado se estrena en España el próximo 4 de mayo.

Salgo del cine y paseo. Me lleva una hora reflexionar sobre la película y digerir mi reacción. No sé si mi intención ha sido invertida, subyugada o malentendida o si estoy intoxicada por pelis made in USA. Brujuleo y pienso por qué mi cerebro me hizo asociar y revivir a intervalos, a ráfagas, escenas de Matrix y a ver a Tae-shik como Neo, enfundado en su traje negro, confundir esas dos miradas rasgadas. Incluso creí ver los códigos matrix color verde cuando la lluvia se estrellaba contra el cuerpo del protagonista en una brutal caída, desde una ventana contra la malla protectora del edificio.

Creo que no deliro. Aún así, me cuestiono y me enfado conmigo misma. ¿Americanitis? ¿Ya no tendré remedio?. Tengo que cambiar el chip. O el código QR. Me compro un helado, me tumbo en un banco y miro al cielo.

Me sumerjo y navego. Busco un tesoro y lo encuentro. Solipsist : related to the extreme form of scepticism which denies the possibility of any knowledge other than of one’s own existence/relacionado con la forma extrema del escepticismo que niega la posibilidad de ningún otro conocimiento más que la propia existencia.

No es un corto de animación más. Es una alegoría de la tierra y del mar, del hombre y la naturaleza, de la vida y el color. De la transformación y la evolución. Una danza tribal mezclada con el lago de los cisnes. Un sonido gutural y un canto. Muñecos de trapo y  alta costura. Dalí y un documental de la 2. Onírico y Darwiniano. Estremece. Cautiva. Hipnotiza. El placer no tiene límites.

Andrew Huang es un director de videos de origen asiático que reside en Los Ángeles. Su video con tintes dadaístas “Doll Face” (2007) tuvo un arrollador éxito muy viralizado en Youtube con más de 2 millones de visitas y una gran acogida en festivales internacionales. En 2010 recibió el premio a Director novel en el Festival de Cannes y en 2012 se ganó el premio del jurado al Mejor corto experimental en Slamdance. Su talento no pasó desapercibido en Moo Studios y Anonymous para los que realiza animación y videos respectivamente.

Con apenas 26 años, Huang tiene una reputación inmejorable y una trayectoria profesional que aturde. Jugaba con cámaras desde niño y en casa creaba películas con juguetes e invenciones propias. Reconoce que en cierto modo era como «jugar a ser Dios».

Leo en la prensa nacional que un estudio con un banco de peces concluye que la ignorancia favorece la democracia. «Cuando un grupo quiere tomar una decisión, los más ignorantes pueden contrarrestar la posición de un grupo minoritario que quiere imponer su opinión, sumándose a la mayoría». En otras palabras, los peces sin determinación a priori sobre si dirigirse hacia el plato azul o al amarillo, finalmente acaban uniendo al grupo más numeroso y el control de la decisión regresa a la mayoría.

Los autores probaron estas predicciones en bancos de carpitas doradas.

 

Me sorprendo ante mi ignorancia. Miss Nothing

Y yo que no soy nada, lo soy todo. Miss Everything.

Pez mirando desde la pecera.

 

ESCENAS DE UN SUICIDIO de Choi Seung-ho (1954)

Del poemario Yo que soy nada, lo soy todo (Edit. Verbum, 2005)

            I

Dicen que el muchacho que se arrojó desde lo alto de un edificio,

llevaba un libro de historietas en una mano

y, en la otra, su teléfono celular.

Se lanzó como un pequeño pez

desde la pecera hacia el suelo de hormigón;

más no así el mudo pez que envejecía, resignado,

únicamente mirando hacia el exterior de su turbia pecera.

by Ruth Ardyla @ruthardyla

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